Los cerradores de puerta ocultos operan principalmente en función de un mecanismo hidráulico o de resorte, almacenando y liberando energía para lograr el cierre automático, al tiempo que proporciona una función de amortiguación para evitar colisiones.
Principio de trabajo central
Cuando se abre la puerta, se comprime un pistón o un resorte dentro de la puerta para almacenar energía. Al cerrar, esta energía almacenada se libera a través del líquido hidráulico o el resorte, empujando la puerta cerrada. A medida que la puerta se acerca al cierre completo, un mecanismo de amortiguación ralentiza el movimiento, reduciendo el ruido y el desgaste.
Una puerta más cercana es un elemento hidráulico en forma de resorte unido a la cabeza de la puerta. Cuando se abre la puerta, se comprime y luego se libera, cerrando automáticamente la puerta. Al igual que una puerta cargada de resorte, asegura que la puerta se cierre con precisión y rápidamente a su posición inicial después de la apertura.
La puerta hidráulica moderna más cerca (o la puerta más cerca para abreviar) se originó en una patente estadounidense registrada a principios del siglo XX. A diferencia de los cerradores tradicionales de las puertas, logra un efecto de amortiguación al estrangular el flujo de fluido dentro de la puerta. El concepto de diseño central de una puerta hidráulica es controlar el proceso de cierre, lo que permite ajustar varios parámetros funcionales del proceso de cierre de acuerdo con las necesidades del usuario.